Bueno, quizás yo no sería tan radical como Terechu, pero creo que tiene una parte de razón. No creo que sea cierto que toda la juventud asturiana que se acerca a nuestra música tradicional rechace lo más ancestral para entrar en la corriente "celtista". Yo ahora mismo estoy fabricando dos gaitas afinadas en Si natural para sendos chicos de 17 y 19 años, Rodrigo y Llorián, ya formados como gaiteros, exclusivamente con la finalidad de acompañar a cantantes de tonada. Tengo que subrayar que esta tonalidad se usa exclusivamente para esto, ya que estas gaitas no pueden afinar con ningún otro instrumento. También conozco a otro chico, Valentín, que toca en la banda de gaitas Noega de Xixón, muy involucrado en fiestas tradicionales, espichas, bodas, romerías, baile, y que además colabora con un grupo llamado La Corexa y fundado por su tío, dedicado a dar prestigio, relevancia y autenticidad a la indumentaria asturiana. Podría citar unos cuantos casos más, pero no lo considero necesario.
De todas formas, sí que es cierto que existe otro sector que se inclina por otro tipo de tendencias y tiende a la sustitución, muchas veces inconscientemente.
Por ejemplo, la formación típica de un grupo folk, lo que llamamos "un grupo de música celta", repite con pocas variaciones un esquema calcado de las músicas irlandesa y escocesa. Lo que ocurre es que si un grupo gallego, asturiano, irlandés o escocés comparten muchos instrumentos, tales como violín, flauta travesera de madera, bouzouki (un laúd de origen griego), bodhram (un pandero irlandés), unas flautas metálicas (tin whistle, de origen británico), etc, hay una diferencia fundamental. Un violín no es ni irlandés ni asturiano, ni de ningún sitio en particular, porque es simplemente un instrumento de creación culta, pero utilizado para usos populares. Pero ocurre que la inmensa mayoría de la música irlandesa o escocesa "de prau" es repertorio de violín. Es cierto que en Irlanda existe un tipo de gaita llamada Uilleann Pipe, pero no tiene nada que ver ni en origen, ni en técnica de toque ni en implantación social con fenómenos tan extendidos como la gaita en Galicia o Asturies. Aquí los gaiteros siempre fueron abundantes, mientras que en Irlanda se podían contar con los dedos de las manos. Todo lo contrario que con los violinistas.
Aún así, el violín también fue usado antiguamente para tocar música tradicional por parte de músicos populares, pero de una forma mucho más minoritaria que en Irlanda o Escocia, ocupando su lugar otros instrumentos, fundamentalmente la pareja gaita-tambor, aunque ni mucho menos éstos fueron los únicos, aunque sí los más representativos.
Pero digamos que el caso del violín, el acordeón o la flauta travesera son de alguna forma excepciones, dado que son instrumentos cultos "transplantados" a la música popular tanto en Irlanda como en Asturies.
Lo que ya no tiene tanta explicación es porqué un grupo folk asturiano ha de usar un laúd griego, un pandero irlandés o una flauta inglesa, cuando en muchos casos existen instrumentos análogos y otros diferentes, genuinos, que quedan arrinconados en un olvido casi absoluto. Por ejemplo, exactamente la misma función que cumple un tin whistle podría realizarla una xipla, flauta de una sola mano del occidente asturiano, absolutamente olvidada. Y tampoco veo la superioridad de un bodhram irlandés sobre la inmensa riqueza de instrumentos y ritmos de la percusión asturiana: panderetas, panderos redondos y cuadrados, payetsa... Es más, conozco a una chica, Esther, que vive en Xixón y perteneció hace años a un grupo etnográfico llamado Los Concetsones, de Tineo, y os prometo que cada vez que la veo tocar, tan sólo con sus manos, sin la típica maza irlandesa, me cae la baba. Y un instrumento tan peculiar como el rabel, o la zanfoña, son casi desconocidos en los grupos modernos asturianos.
No se limita sólo a esto las novedades. Por ejemplo, en las bandas de gaitas se percibe claramente la influencia de las pipe-band de Escocia. Parece que forzosamente una banda asturiana tiene que estar afinada en Si bemol (la tonalidad de la Highland Bagpipe), y además las gaitas tienen que tener forzosamente dos roncones, cuando no tres (claramente inspirado también en la gaita escocesa). Se modifican las dimensiones de las piezas para que el sonido sea más parecido, cuando nuestros instrumentos tienen un timbre propio y original, que los hace diferentes de cualquier otra gaita, incluida la gallega. Y ya el colmo es la "militarización" de muchas bandas de gaitas, nuevamente a imitación de Escocia, donde una banda es, o bien directamente de un regimiento del ejército, o bien paramilitar, imitando el mismo modelo, en comportamiento, gesticulación, modo de desfilar, pseudo-uniformes, etc. Ésa es la historia de la gaita escocesa (y no toda la historia, sólo una parte), pero no la nuestra. Aquí la gaita siempre tuvo un carácter bien lúdico, bastante alejado de esas rigideces militaroides. Desde luego, hay algunas bandas asturianas a las que sólo les falta desfilar a paso de oca.
Tampoco las escalas de ambas gaitas, la escocesa y la asturiana, son idénticas. La escala escocesa responde a un antiguo patrón modal, con notas llamadas "neutras" (a medio camino entre los naturales y los bemoles), mientras que la escala de cualquier gaita gallega o asturiana estaba mucho más cercana a una escala natural, hoy en día temperada con mucha aproximación. Por este motivo, la gaita escocesa tiene una subtónica; es decir, la última nota del puntero, la que se produce al bajar el dedo meñique, está un tono por debajo de la tónica. Este tipo de escala está ausente de la música gallega o asturiana, me atrevería a decir que peninsular. En nuestras gaitas, en nuestras melodías, al bajar ese mismo dedo lo que se obtiene es sólo un semitono por debajo de la tónica, no dos. Pues bien, no hay más que escuchar "El Garrotín" en la versión que popularizó el gaitero José Angel Hevia como sintonía de la Vuelta Ciclista para escuchar una escala que nunca sonaría en una gaita asturiana, y que ni siquiera en las melodías cantadas se puede encontrar. Me pregunto cuál sería la opinión del gaitero que tocaba esta melodía, el archiconocido Remis, si la pudiera escuchar.
O por ejemplo, en una competición de bandas de gaitas no se puntúa exclusivamente la afinación y la ejecución de las piezas. También se puntúan ciertas formalidades "militaroides" en los desfiles y la puesta en escena. La verdad es que a mí eso no deja de darme cierta "perceguera". Una sucesión de piezas empalmadas unas con otras, antes en Asturies se llamaba "un popurri" (del francés pot-pourri, sinónimo de mezcla). Ahora, la misma cosa se llama "un set". Antes, los popurris eran de jotas, o de muñeiras, o de pasodobles, o de polkas, o de lo que fuera, dentro del repertorio tradicional comúnmente aceptado. Ahora, estas bandas te tocan "un set" compuesto por "la-muñeira-de-no-sé-dónde", más "El teniente MacNeil se retira del servicio", "El Octavo Regimiento dice adiós a Gibraltar", "Las verdes colinas de Connemara", o "Qué pedo garramos con buen whisky en la posada de Molly O'Hara"...
A mí todo esto no me molestaría demasiado siempre y cuando no fuera una influencia tan masiva, tan generalizada y tan sustituyente de lo propio, si sólo ocasionalmente apareciera alguna pincelada foránea, y si de vez en cuando las influencias fueran recíprocas. Pero el caso es que todavía no escuché a ningún grupo irlandés tocar una jota asturiana, ni a una banda escocesa un pasacalles o una muñeira asturianos. Hay influencia, pero al parecer sólo en una dirección.
Además, no son sólo Irlanda y Escocia los llamados "Países Celtas" ni es la suya la única "música celta". No veo que por aquí se toque demasiada música gallega o bretona, por poner un ejemplo. Es curioso, pero las influencias sólo parten de una parte de estos llamados Países Celtas hacia el resto, y más concretamente aquellos lugares que por razones históricas están insertos dentro del mundo anglosajón. Salvo contadas excepciones, cagamos ampliamente para los bretones, que nos tienen demostrado mucho mayor mayor interés y proximidad con nosotros y nuestra música, como la estupenda gaitera y mejor persona Marie Le Cam, que no sólo aprovecha cualquier oportunidad para visitarnos, sino que incluso se defiende bastante bien hablando en asturiano.
De todas formas tampoco quiero ser excesivamente pesimista o negativo. Lo cierto es que la renovación del folklore asturiano, en lo que tuvo de ruptura con la época de Franco, data de hace menos de 30 años. Cada vez hay más y mejores músicos, no paran de aparecer aficionados jóvenes que se incorporan a grupos etnográficos, que todavía hoy siguen recopilando canciones y bailes del estilo más genuino. Una buena muestra es la reciente aparición del Cancionero de la Jota, recopilación de 400 melodías fruto del trabajo de campo realizado por Andecha Folclor d'Uvieu. Y todavía faltan trabajos equivalentes con las muñeiras, con los pasodobles...
A medida que el tiempo vaya pasando, cada vez aparecerán chicos y chicas con una mayor formación musical, histórica, etnográfica, que hará que se entrecrucen muchos repertorios, estilos e influencias. Nuestra música podrá experimentar y enriquecerse con influencias extrañas, pero no será sustituida por ellas, que es bien distinto. Afortunadamente, a la música asturiana aún le queda cuerda para rato.
Ah, Terechu, y el txistu no es más antiguo que nuestra gaita, ambos se remontan como mínimo a la Edad Media. De hecho, el txistu pertenece a una familia de instrumentos, las flautas de una sola mano, que en aquella época se tocaban por muchas partes de la Europa occidental. Todavía hoy siguen en uso instrumentos similares como las flautas charras (de uso en León, Zamora o Salamanca), el flaviol valenciano-catalano-balear, el galoubet del sur de Francia (la antigua Occitania), o las flautas rocieras de Andalucía. El músico que los tocaba fue durante la época medieval una especie de hombre-orquesta, todo un espectáculo ver a una persona tocar una flauta con su mano izquierda y un tambor con la derecha. Otra cosa es que instrumentos antaño más extendidos ahora sean considerados exclusivos de reductos históricos donde quedaron preservados o arrinconados. Ah, y otra cosa, antes del violín se utilizaron las vihuelas, y antes aún los rabeles. Por lo demás, yo no oigo exclusivamente música tradicional asturiana, creo que menos el bacalao, el rap, el pop latino comercial, la rumbita flamenca y Melendi
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, me gusta casi de todo, desde el jazz a "La Flauta Mágica" de Mozart. Pero como tú misma dices, si no somos la gente de Asturias quienes conservemos nuestra música, nuestra cultura y nuestras tradiciones, nadie lo va a hacer por nosotros.
Un saludo para todos.
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